En el día del amor y la amistad hay corazones por dondequiera, palabras amorosas, dulzura, buenos deseos, besos, arrumacos y almacenes abarrotados de miel y de hojuelas. Pero ¿y la amistad?
Creemos, así como con la familia, que los amigos estarán ahí para siempre por más mal que les paguemos.
Esa nunca la festejamos porque creemos, así como con la familia, que los amigos estarán ahí para siempre por más mal que les paguemos, por más que tardíamente contestemos sus mails o por más tiempo que pase sin llamarles.
Cuando se van, el vacío que dejan nos demuestra que sí, que alguna vez existieron, que ocuparon un lugar importantísimo y que nuestra vida no hubiera sido la misma –con la diversión, la intensidad y la misma picardía– sin ellos.
Por eso, este 14 de febrero, ¡Por Fin! te invita a celebrar el valor de la amistad, del cariño afectuoso que no pide nada a cambio (en ocasiones, hay que aceptarlo, existe el único maldito interés de unas buenas chelas) y que sí da mucho.
Además, es una manera de elogiar la capacidad de nuestros amigos de llegar a lugares tan privados en donde otros no se atreverían a poner un pie; de soportar nuestros momentos más detestables y antipáticos (porque ¡vaya que hay que aguantarle a los amigos!), hasta banalidades como ayudarnos a hacer el quehacer al día siguiente de una fiesta (estos, sí que son amigos).
Es de aplaudir también la complicidad amistosa en horas donde el amor (ése que cuando tienes pareja, admítelo, te hace olvidar a tus amigos) no estuvo presente y, lo que es peor, no había la mínima posibilidad En aquellos minutos, escuchar música, debatir o confesarte frente a tu mejor amigo, era un placer de dioses que no cambiabas por nada. Bueno, casi por nada.
Si aún no sabes qué tipos de amigos tienes, echa un vistazo, recuérdalos y simplemente sonríe.
Pero, lo sabemos, no todos los amigos son iguales. Hay unos peores y hay otros que tienen ciertas actitudes; algunas más graciosas que otras, aceptémoslo. Y como en la amistad todo se vale, también es permitido vengarnos pacíficamente de alguna que ellos nos hayan hecho. Si aún no sabes qué tipos de amigos tienes, echa un vistazo, recuérdalos y simplemente sonríe.
Es momento de rendirle tributo a esos cómplices de andazas, esos que se enojan, pero nunca te dejan.
En este 14 de febrero es momento de rendirle tributo a esos cómplices de andazas, esos que se enojan, pero nunca te dejan, personajes que se cruzan en el camino para vivir contigo una época, un tiempo, una etapa de vida, para luego convertirse en ejes indispensables de tus acciones y de tu ocio.
Este día también el de ellos, el de los files escuderos, listos a vivir la aventura y compartir sin problema el arte de la vida.