Agencia Reforma
Un cambio de «chip» en los roles de hombres y mujeres puede ser la razón por la cual las princesas y los príncipes se convierten en brujas y en sapos, de acuerdo con el doctor en educación, Jesús Amaya.
En la charla sobre su libro ¿Porqué las Princesas y los Príncipes se Convierten en Brujas y en Sapos?, publicado hace apenas unos meses, Amaya habló de que en la actualidad, las parejas que dicen fracasar en relaciones debido a la incompatibilidad de caracteres, lo hacen en realidad debido a que generan ideales y expectativas del otro que a largo plazo son difíciles de cumplir.
«La realidad es que el príncipe siempre fue sapo, y quizá la princesa siempre fue una bruja», comentó con humor el autor.
Amaya abordó los cambios contextuales que han dado pie a una modificación de roles y funciones en el hombre y la mujer.
«Empezamos a cambiar los roles, la mujer trabaja y el hombre comienza a participar más en la casa»
En base a ello, el autor considera que las mujeres ahora están mucho más estresadas que antes, porque tienen doble rol, en la casa y el trabajo, y en vez de volver a los roles de hace 50 años, definidos y esquemáticos, la misión del hombre debe adaptarse a ese cambio.
«Los hombres tenemos que cambiar la misión, ahora la misión de la mujer es hacer mejor al hombre, y la misión del hombre es hacer feliz a la mujer»
El autor presentó una serie de diapositivas al público en las que mostraba cómo biológicamente, el cerebro de las mujeres es mucho más complicado que el del hombre, y cómo a través de reacciones químicas se estimula el enamoramiento en ambos casos.
Se empiezan a generar expectativas biológicamente opuestas en los hombres, quienes esperan que la mujer no cambie a lo largo de la relación, y en las mujeres, quienes esperan que el hombre cambie.
«El amor, más que el enamoramiento, no tiene que ver con sentimientos o ideales, sino con compromisos»
Además, habló de cómo el dejarse llevar exclusivamente por la ilusión producida por el cerebro al generar dopamina se empiezan a generar expectativas biológicamente opuestas en los hombres, quienes esperan que la mujer no cambie a lo largo de la relación, y en las mujeres, quienes esperan que el hombre cambie.
«El amor, más que el enamoramiento, no tiene que ver con sentimientos o ideales, sino con compromisos»
Para la realización del libro, que da continuidad a los temas abordados en su libro anterior, ¿Qué Hago si mi Media Naranja es Toronja?, Anaya llevó a cabo un estudio en 300 mujeres y parejas de recién casados.
El libro ha sido traducido al inglés bajo el título Love Brain, y para tal versión se llevó a cabo otra recolección de datos en los Estados Unidos.
¿Porqué las Princesas y los Príncipes se Convierten en Brujas y en Sapos? ha tenido muy buena recepción, de acuerdo con su autor, quien ahora trabaja en otro libro tentativamente titulado La Tercera Mujer, en donde pretende abordar a profundidad el tema de la evolución del rol femenino a través de tres generaciones.