Agencia Reforma Tan pronto comenzaron los fuegos artificiales, «Aristóteles», el gato familiar, se puso como loco. Comenzó a correr hacia todas las direcciones y pasillos de la casa, hasta el grado de rasgar el mosquitero de la puerta que da a la calle, mientras los dueños veían el espectáculo de luces en el cielo. Nadie […]
